sábado, 9 de marzo de 2013

EL AMOR

EL ARTE DE AMAR BIEN

El amor se puede describir como querer mas a otra persona que a si mismo.

El amor es tal vez la experiencia más sublime que depara la vida humana, pero también una de las más complejas. En la escuela del amor es raro graduarse, siempre hay algo que aprender, que dar o que recibir.

Probablemente, el amor es el gran tema de nuestras vidas. Si nos preguntaran qué es lo más importante de nuestra existencia, muchos diríamos que aquellos a los que amamos. Y es cierto; en el vínculo con el otro se despliega la vida, es el afecto por nuestros seres amados lo que nos impulsa y da sentido a cada instante.

Si nuestra vida merece la pena de ser vivida, si decidimos seguir en esta Tierra a pesar de las dificultades, el dolor o el sufrimiento, es porque a alguien a quien amar, o algo a lo que amar. El amor es la fuerza que nos mantiene unidos a la existencia. Además son las acciones que el amor nos mueve a hacer lo que nos aporta plenitud y nos humaniza: sean expresiones de afecto y relación con otras personas, sea el placer de crear y gozar de aquello que amamos, como el arte o los regalos que nos brinda la naturaleza. Todo gira alrededor del amor, porque éste no es solo un sentimiento; es, por encima de todo, la acción expresiva que procura el bien del otro. Porque quien ama de verdad, busca, en esencia, hacer el bien al ser o al objeto amado.

LA EVOLUCIÓN DEL AMOR:
Con el paso del tiempo, el amor también es la gran constante que nos acompaña, siempre presente. Nacemos como consecuencia del encuentro entre dos seres que se unen por el impulso de la vida manifestado en la fuerza del deseo. Una vez en la Tierra, crecemos y vamos madurando. Y el amor evoluciona y se va manifestando y expresando de otros modos y formas: afecto, ternura, gratitud, perdón, compromiso, lealtad, paciencia, compasión, generosidad, benevolencia, caridad, alegría, inspiración, goce. Todas ellas y tantas otras son manifestaciones de un amor que crece, que se arraiga y se humaniza, y que puede obrar el milagro de transformar vidas, de desarrollar talentos,  de sanar heridas, de alquimizar sufrimientos, de inspirar y liberar. Porque son muchos los dones y las potencias del amor. Su presencia cuida, mima, nutre, protege, acompaña, repara, sirve, desvela, revela, ilumina, inspira, transforma, consuela, guía, reconforta, alegra, sana. Es a la vez la gran medicina y el gran impulsor. Es el camino que nos guía hacia la salida del laberinto de la tristeza y de la desesperación. Por eso merece la pena cuidar los afectos valiosos, porque es gracias a ellos -en el papel que representen: pareja, hijos, padres, hermanos, abuelos, amigos- que dejamos de ser islas para devenir continentes de encuentro, de plenitud y de sentido.

Quien nos ama, nos ayuda a hallar nuestra propia riqueza. A veces auténticos tesoros que ni soñamos tener y que en la mirada del ser amado se revelan.

17/03/2013

EL AMOR SALVA A LA PERSONA


Afirmamos que el amor verdadero busca, sobre todo, el bien del otro, antes incluso que su gusto personal. Hoy daremos un paso más en la aventura del amor afirmando que la persona humana es un ser creado para el amor: amar es su fin y su destino. Por tanto, o nos desarrollamos por medio del amor o quedamos inmaduros e infecundos.

¿En qué sentido decimos que el amor es salvación para el ser humano?

Para los que aman los saca de su soledad ampliando su propio ser y le proporciona gozo y alegría. Para los que son amados, le hacen tomar conciencia del valor de su persona, fomentando la confianza y seguridad en sí mismos, es decir al sentirse valorados comenzamos a valorarnos nosotros mismos. Esto produce en la persona una fuente de felicidad al romper nuestra soledad por el amor que recibimos de los demás. En amar hallarás tu felicidad y tu desarrollo personal.

Elementos del amor.

El amor se compone de los elementos esenciales uno interno y otro externo. Por medio del interno manifestamos la acogida cariñosa a cada persona como ser único e irrepetible. Y mediante el elemento externo expresamos el amor a los otros con palabras, gestos, caricias, miradas, servicio, ... etc.

¿Qué es lo que esperan los demás de nuestro amor?.

Los que se relacionan con nosotros esperan que el amor hacia ellos sea completo. Pues todos los seres humanos necesitan percibir el amor de los que entran en contacto con ellos, aunque sea un contacto rápido y casual. De no ser así, podríamos asfixiarnos al llegar a dudar de nuestro valor personal. Una cosa aparece clara en la psicología actual y en la fe cristiana: sólo los que aman y manifiestan adecuadamente su propia afectividad se relacionan plenamente como hombre o como mujer. Importa también mucho que la persona sepa recibir con gratitud al amor de los demás.

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